lunes, 31 de marzo de 2008

A VECES

Algunas veces queremos decir tantas cosas pero no las decimos. Se nos va el tiempo en discusiones sin sentido y en vez de decir cuanto amas, te la pasas diciendo tonterías. A veces, pierdes a las personas que más amas, por no tratar de entenderlas, por no decir “te amo” ¿A quien no le pasan cosas como que “las mañanas no son como quisieras que fueran” o que “el sol no brilla lo suficiente”? ¿No es cierto también que muchos días son grises y muchas noches oscuras? A veces ni siquiera ves la Luna y eso te hace desesperar. Otras veces te entretienes con los defectos de los demás en vez de fijarte en los tuyos. Para los que se sientan alguna vez así, la sugerencia es clara: “que aprendan a tener paciencia y se atrevan a pedir perdón. Después que busquen en el cajón de los olvidos intencionados algo bonito para “tocar” el corazón de sus amigos.

Dedicado a todos aquellos que se enamoraron alguna vez.....

Cuando uno se enamora las cuadrillas del tiempo hacen escala en el olvido, la desdicha se llena de milagros, el miedo se convierte en osadía y la muerte no sale de su cueva. Enamorarse es un presagio gratis, una ventana abierta al árbol nuevo, una proeza de los sentimientos, una bonanza casi insoportable y un ejercicio contra el infortunio; por el contrario desenamorarse es ver el cuerpo como es y no como la otra mirada lo inventaba, es regresar más pobre al viejo enigma y dar con la tristeza en el espejo. MARIO BENEDETTI

domingo, 30 de marzo de 2008

LOS DEFECTOS

LOS DEFECTOS
¿Por qué los defectos son siempre de los demás? Cuando los demás no hacen nada, son perezosos. Cuando usted no hace nada...está muy ocupado. Cuando los otros hablan es intrigante, Cuando usted habla...es crítica constructiva. Cuando los demás se deciden a favor de un punto, tienen la “cabeza dura”. Cuando usted lo hace...está siendo firme. Cuando los demás no saludan, son unos antipáticos. Cuando usted pasa sin saludar... es tan sólo distracción. Cuando los demás hablan sobre ellos mismos, son egoístas. Cuando usted habla...es porque necesita desahogarse. Cuando los demás se esfuerzan para ser agradables, tienen una segunda intención. Cuando usted actúa así... es gentil. Cuando los demás hacen alguna cosa sin orden, se están excediendo. Cuando usted lo hace... es iniciativa. Cuando los demás progresan, tuvieron suerte. Cuando usted progresa...es fruto de mucho trabajo. Cuando los demás luchan por sus derechos son temerosos. Cuando usted lo hace...es señal de carácter. Cuando usted manda un e-mail a un amigo es porque le gusta tener amigos. Cuando los demás lo mandan...son unos desocupados.

Cuando tenga intención de juzgar a otro, mire primero hacia dentro de usted. En muchos juicios mezquinos, nos juzgamos a nosotros mismos en la figura del otro.

sábado, 29 de marzo de 2008

SALIR DEL AGUJERO

Cuando en la vida personal se entiende correctamente la palabra “sembrar” ¡qué paz le entra a uno…! Es como una cantinela que no te deja tranquilo; es como el que no se quiere ir; es como el que quiere quererse quedar. Ya no existen vergüenzas absurdas ni contradicciones de ningún tipo. El corazón está dispuesto a dejar sus raices por las esquinas de cualquier rincón y como consecuencia llega la audacia para lanzarse con valentía y ejercer la libertad.
Dejo aquí el testimonio de alguien que sabe decir las cosas por su nombre. ¿Nos atreveremos a lanzarnos a la palestra como él?

Salir del agujero
No hablo de salir del armario para evitar equívocos; pero es cierto que hay demasiados cristianos voluntariamente escondidos en el guetto; católicos apocados que ocultan su fe como si se tratara de una neurosis y viven en su gazapera, aconejados, sin atreverse a enseñar la oreja. Les han dicho que la fe es algo íntimo y personal; que han de ser respetuosos incluso con los que no lo son. De acuerdo; pero también el embarazo es íntimo y se luce con orgullo sin el menor recato. Tal como se están poniendo las cosas los católicos tenemos la obligación de dar la nota. Cuando el silencio se interpreta como aquiesciencia, es un deber moral dar la cara, y, sin agredir a nadie, cantar las cuarenta al lucero del alba.

¿Y qué haremos para salir del agujero? ¿Cómo daremos la nota?
Mi amigo Kloster, que es un hombre sabio y no tiene pelos en la pluma, dictó estas sabias recetas que transcribo sin más preámbulos:

- Cuando vayas de turista a una catedral, saluda ante todo al Dueño y Señor de la casa, que vive en la Capilla del Santísimo. No te limites a admirar las vidrieras. No olvides que las iglesias son Sagrarios, no meros edificios de interés cultural.

- No te importe quedar con tus amigos "después de Misa". A lo mejor alguno se anima y queda contigo "antes".

- Limpia y enriquece tu lenguaje. Nada tengo contra el taco como interjección lírica, que, usado con moderación, sosiega el ánimo; pero la mugre sobra. ¿Para qué tantas referencias glandulares, tanta alusión al presunto oficio de la madre de un tercero, tanta basura sexual? No sé si la cara es el espejo del alma (espero que no), pero el idioma sí que lo es.

- Y hablando del lenguaje, no es preciso que digas "Jesús" cada vez que oigas un estornudo, pero habrá que poner de moda algunas viejas y entrañables expresiones: "si Dios quiere", "con la ayuda de Dios", "adiós" ... Sustituirán con ventaja al "hasta luego" que todo el mundo profiere aunque se despidan para la eternidad.

- Di a tu novia que se tape el ombligo y sus alrededores; que prefieres mirarla a los ojos, porque es lo único que no envejece. A lo mejor se ruboriza de gusto. Y tú, no es preciso que exhibas la etiqueta de tu ropa interior. Esos pantalones, que ya utilizaba Cantinflas hace cincuenta años, francamente, son una horterada.

- Cuando empieces a salir con una "niña supermona" (o un "niño supermono"), pregúntale qué piensa sobre Dios, la Iglesia, la familia, los hijos... Y no olvides que, en el noviazgo, es más importante conocerse que tocarse.

- Si vas al restaurante un viernes de cuaresma, pide al camarero que te enseñe el menú de vigilia. Si no lo entiende, llama el chef y se lo explicas. Y, antes de comer, bendice la mesa. Si se dan cuenta los vecinos, mejor para ellos.

- Cuando estés de viaje y llegues al hotel en una ciudad desconocida, di en recepción que te informen sobre los horarios de Misas de las iglesias más cercanas. Si son buenos profesionales, harán la gestión sin mover un músculo. Cosas más insólitas les piden cada día.

- Cuando hables de tu novia con tus amigos evita la terminología culinaria o troglodita: Fulanita no "está buena" porque no es objeto de consumo. Te sugeriría dos docenas de alternativas, pero sonarían un poco antiguas. Seguro que tú mismo sabrás inventar otras. Sé creativo.

- No toleres la blasfemia en tu entorno. Si la atmósfera se pone apestosa, basta con una frase ingeniosa y contundente, como la que empleó mi amiga Natalia hace años: " oye, tío, ¿por qué no insultas a tu padre y dejas al mío en paz?" Natalia tiene una voz aguda y un tanto chillona. A su "amigo" se le atragantó la pepsi.

- Y si el estudio de la tele se convierte en un zoo, en un catre o en un retrete(sin perdón, que así se llama), tira de la cadena y coge un libro. O refúgiate en la 2, donde los animalitos son más limpios y honrados.

- Manda un mail a tu periódico, a tu emisora o a tu columnista favorito, sobre todo cuando hacen las cosas bien. Levántales el ánimo, que buena falta hace.

- Utiliza Internet sin miedo y echa la red -es decir la web- para pescar: participa en los debates, da doctrina, difunde los links cristianos. Forma un grupo de amigos cibernautas y llévales el mensaje de Jesucristo.

- Pero no te olvides de poner un filtro para que no entre en casa la basura cibernética. No se trata sólo de proteger a los niños. Los adultos estamos igual de indefensos porque todos somos corruptibles y capaces de las mayores aberraciones. Si tuvieses siempre sobre la mesa un montón de revistas pornográficas, ¿estás seguro de que nunca echarías una ojeada?

- ¿Y que ocurriría si, sobre esa mesa de trabajo, hubiese una imagen de la Virgen? A Luisa, cuando la puso por primera vez en su oficina, se la rompieron.

Volvió a poner otra, y la pintarrajearon. La tercera fue sustituida por una foto pornográfica...; pero la guerra no duró mucho. Desde hace más de un año nadie toca su imagen de la Virgen de Guadalupe. Y su amiga Marijose ha puesto otra.

- En tu casa, piso o apartamento también podrías poner un buen cuadro de Santa María. Es fácil encontrar uno que sintonice con su estilo: los hay para todos los gustos.

- Quítate ese colmillo de gorila que llevas al cuello. Cualquiera diría que se lo arrancaste a una amiga de la infancia. Una medalla-escapulario es mucho más práctica. Ahora muchos chavales se cuelgan el rosario como si fuera un collar. Aprovecha la ocasión para explicarles cómo se usa.

- Visita a tu párroco alguna vez. Necesita sentir el afecto de sus feligreses. Dale ideas, cuéntale el último chiste, fumaos un pitillo juntos (con permiso de la ministra), y escúchale, que a veces está muy sólo.

- En el cestillo de la Misa echa papel moneda. La calderilla está bien para las propinas o los parquímetros, pero en la Iglesia necesitan algo más que las sobras. Y en el mes de junio pon la equis donde tú sabes.

- En verano, llévate a Jesús de vacaciones. Él solía ir también a la montaña y a la playa. Y comía pescado a la brasa al anochecer. Aprende a descansar a su lado, sin huir. No lo mandes a un asilo ni lo abandones en la primera gasolinera.

- Habla de Dios a tus amigos. "Hablar de" es hablar de uno mismo, de lo que Él ha hecho contigo. Por eso cuesta. Hacer apostolado es quedarse a la intemperie, pero vale la pena.

- Y si es necesario, sal a la calle con una pancarta. Algunas veces los cristianos tenemos que manifestarnos, hacer bulto y gritar fuerte, llenando las avenidas y las plazas de las grandes ciudades. No quemes papeleras ni estropees el mobiliario urbano. Lleva a los viejos y a los niños, que somos gentes de paz y no correrán riesgos.

jueves, 27 de marzo de 2008

A veces hay poetas que saben llenar los recovecos del alma. Es entonces cuando uno piensa: ¿por qué yo no sabré expresarme así? La casualidad ha hecho que hoy reviviera una de esas experiencias que yo creía dormidas en el interior de mi subconsciente. Para los que tengan alma de poeta, me permito reproducir aqui un poema precioso y muy sugerente de Mario Benedetti....

QUIERO CREER QUE ESTOY VOLVIENDO
Vuelvo, quiero creer que estoy volviendo con mi peor y mi mejor historia. Conozco este camino de memoria pero igual me sorprendo. Hay tanto siempre que no llega nunca, tanta osadía, tanta paz dispersa, tanta luz que era sombra y viceversa... y tanta vida truncada. Vuelvo y pido perdón por la tardanza. Se debe a que hice muchos borradores. Me quedan dos o tres viejos rencores y sólo una confianza. Reparto mi experiencia a domicilio y cada abrazo es una recompensa, pero me queda nostalgia del exilio y no siento vergüenza. ¿En qué momento consiguió la gente abrir de nuevo lo que no se olvida? Vuelvo a la madriguera linda que es la vida. Vuelvo a tener un rostro en el espejo y encuentro mi mirada. Culpable o inocente vuelvo. Vuelvo y se distribuye mi jornada. Propios y ajenos vienen en mi ayuda, preguntan las preguntas que uno sueña. Cruzo silbando por el santo y seña y en el puente de la duda me veo menos mortal de lo que vengo. Ustedes estuvieron, yo no estuve. Por eso en este cielo hay una nube y es todo lo que tengo. Tira y afloja entre lo que se añora y el fuego propio y la ceniza ajena y el entusiasmo pobre y la condena que no nos sirve ahora. Vuelvo de buen talante y buena gana. Se fueron las arrugas de mi ceño. Por fin puedo creer en lo que sueño. Estoy en mi ventana. Nosotros mantuvimos nuestras voces, ustedes van curando sus heridas. Empiezo a comprender las bienvenidas mejor que los adioses. Vuelvo con la esperanza abrumadora y los fantasmas que llevé conmigo y el arrabal de todos y el amigo que estaba y no está ahora. Todos estamos rotos pero enteros. Diezmados por perdones y resabios. Un poco más gastados y más sabios. Más viejos y sinceros. Vuelvo sin duelo y ha llovido tanto en mi ausencia, en mis calles y en mi mundo, que me pierdo en los nombres y confundo la lluvia con el llanto. Vuelvo, quiero creer que estoy volviendo, con mi peor y mi mejor historia. Conozco este camino de memoria pero igual me sorprendo.
Mario Benedetti
Siempre quise decir esto. No he tenido que esforzarme mucho, pues alguien que yo no conozco de nada me lo ha puesto en bandeja. Simplemente dejo aquí sus palabras. Son palabras llenas de sabiduría y sentido común. Si me lo permiten, juzguen ustedes mismos cada entrelineado y dejen fluir el sentimiento....
UN HOMBRE Y UNA MUJER
El hombre es la más elevada de las criaturas…La mujer, el más sublime de los ideales.
El hombre tiene la supremacía…….La mujer la preferencia.
La supremacía significa fuerza….La preferencia significa el derecho.
El hombre es un código….La mujer, un evangelio.
El código corrige….El evangelio perfecciona.
El hombre es un templo…..La mujer es el sagrario.
Ante el templo nos descubrimos….Ante el sagrario nos arrodillamos.
El hombre es el águila que vuela…La mujer, el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio….Cantar, es conquistar el alma.
El hombre tiene un farol... La mujer tiene una estrella.
El farol guía… la estrella salva.
El hombre y la mujer son el cóncavo y el convexo.
Tienen la misma dignidad y toda la esperanza.

martes, 25 de marzo de 2008

Yo, sonrio

Hace tiempo lei una entrevista que le hacían a una niña indú. Me impresionó la calidad de las preguntas y sobre todo, me conmovieron sus respuestas. Hoy he recuperado del baúl de mis recuerdos todo el texto. Es un poco extenso pero creo que no tiene desperdicio. Tanta sensibilidad acumulada y una madurez a flor de piel no se improvisan.


Yo, sonrío

Tengo doce años, Nací y vivo en Benarés. Tengo también cuatro hermanos, el mayor de nueve años y el pequeño de uno. Mi padre tiene treinta y seis años y vende postales en la calle; mi madre es ama de casa y tiene treinta y cinco años. Trabajo desde los seis años. De política no entiendo. Creo en la reencarnación, por eso nunca miento y procuro ser buena con los demás.
Me gusta mucho mi casa y aunque apenas tiene cuatro metros cuadrados dormimos en diagonal. Aquí se tumba mi padre, a su lado mi madre, luego vengo yo y mis cuatro hermanos. Pero mi casa es muy grande...
¿Quieres saber cómo transcurre un día de mi vida...? Me levanto a las seis de la mañana y me voy junto al Ganges a vender postales. A las siete treinta entro en la escuela. A las cuatro y medio de la tarde, vuelvo a los “gats” a vender mas postales hasta que oscurece. Entonces estudio una hora, juego un rato, ceno y hablo con mis amigos. A las once de la noche me voy a dormir. Mi padre hay meses que no consigue nada; como mucho saca trescientas rupias al mes. Yo de media gano unas ochocientas rupias al mes.
De mayor quiero ser doctora, ayudar a la gente que lo necesita y en especial a todos aquellos que no tienen piernas o no tienen brazos, ni dinero para comprar medicinas.
¿Y sabes por qué quiero hacer esto...? Porque veo por la calle a demasiada gente que sufre y que necesita ayuda. Creo que si yo les ayudo, me ayudo a mí misma, es buen karma para mí, ¿entiendes?
Me gustaría tener la oportunidad de ir a la Universidad, aunque cueste tres mil o cuatro mil rupias al mes. Ya sé que cuando sea mayor no podré vender postales por la calle porque nadie me comprará. Tengo planteado dar clases de hindi a extranjeros.
No me gustaría casarme; quiero ser doctora y ser libre. Si te casas ya no se te permite salir de casa. Tu marido te dice todo lo que tienes que hacer. Ni siquiera tienes permiso para hablar con quien quieres.
He tratado con muchos occidentales y pienso que son como los indios, quieren ganar dinero. Lo que pasa es que allí se gana mucho más que aquí. Nosotros no somos inferiores a los occidentales, pero necesitamos parte de su dinero para sobrevivir. Aun así, yo creo que el dinero se debe ganar honestamente. Y cuando digo eso es porque yo me niego a trabajar con las tiendas que me ofrecen dinero por llevar a los turistas. Me niego porque eso me parece deshonesto. Prefiero tener un trato de igual a igual y para eso es esencial no engañar al otro.
Yo compro las postales y tengo que sacarles beneficio, pero no les pongo precio; siempre digo: dame un dinero feliz, el que a ti te haga feliz me hará feliz a mi. Y si me dan menos de lo que he invertido, yo sonrío. Con los extranjeros hablo de la codicia, el dinero y la bondad. Les advierto de tantos indios extraños que lo único que quieren es sacarles dinero.
Es muy fácil saber si la gente es buena o es mala. Vendo postales desde los seis años. Cuando me acerco veo cómo reaccionan: algunos ni me miran, otros sonríen, otros preguntan y otros me tocan y yo odio que me toquen. Si miras a los ojos a la gente, sabes...
A veces he pensado en casarme con un occidental, antes decía que no, pero ahora digo que sí. Me he dado cuenta de que si me caso con un occidental y me voy a vivir al extranjero, podré mantener a mi familia sin perder la libertad. Eso dependerá de quién escoja, pero yo puedo hablar lo suficiente con un occidental para darme cuenta de cómo es. Sin embargo, con los indios no puedo hablar, nuestra cultura es así. Pero yo no quiero depender de ningún marido, ni quiero que sea él el que ayude a mi familia; soy yo la que va a seguir haciéndose cargo de mi familia y para ello debo y voy a trabajar.
Mis amigos dicen que estoy loca. Mis amigos de familias ricas, porque tengo amigos de familias ricas... Soy la chica más pobre de mi escuela. Esos chicos, los ricos, no entienden que yo vaya a vender postales. A veces me acompañan como si fuera un juego. Y todos están muy celosos de lo bien que hablo el inglés.
Mi madre quiere que me case y la he convencido de que me deje escoger a mi. Como condición me exige que sea un buen chico y que no sea de piel muy negra, porque las personas de piel oscura lo tienen muy difícil.
Yo siempre le contesto que si encuentro un corazón limpio, aunque esté recubierto de una piel oscura, me casaré con él. A mi padre no le gusta que hable con los niños indios porque eso crea compromisos y vínculos, pero yo me fío de mi propia intuición.
Una vez vi un cadáver de una mujer embarazada flotando en el Ganges. No es raro que en el rio Ganges aparezcan cuerpos flotando, pero es que en esta ocasión la mujer me impresionó, porque tuve la sensación de que me estaba mirando, como si quisiera decirme algo. Estuve tres días enferma. No he vuelto a bañarme en el Ganges desde entonces.
Con relación a la muerte pienso que todos tenemos que morir. Sólo me dan miedo los fantasmas y cuento historias sobre ellos a cambio de monedas. Aprendí a contar historias leyendo cómics. Pero las historias que más me gusta contar son sobre la amistad.

¿Sabeis quién es esta princesa...? Pues es una chica que lleva uniforme de peto, calcetines blancos, y dos coletas atadas con lazos rojos. Arati es una niña alegre, imaginativa, es la primera de la clase, pero su vida no es como la del resto de los alumnos. Con el dinero que gana vendiendo postales por las calles de Benarés, desde los seis años, Arati se paga el colegio, los libros, la escuela de su hermano mayor y mantiene a toda su familia; unos padres analfabetos y cuatro hermanos. Viven en una habitación de cuatro metros cuadrados y duermen sobre el suelo. Pero Arati quiere ir a la Universidad, quiere ser doctora, quiere ayudar “a toda esa gente que no tiene nada”. Arati no se quiere casar con un indio, dice que quiere ser libre e independiente. Todo eso en su mundo es como pretender en el nuestro convertirnos en princesa.

¿No te parece que deberíamos pensar en Arati de vez en cuando para desear tener una piel tan fina como la suya...?

viernes, 14 de marzo de 2008

Alas de gorrión

Un libro que he escrito desde la calma tranquila que da la madurez.
Porque ya se fueron las primaveras y parece que quedan pocos otoños por gastar, alguien pregunta, ¿por qué no lo cuentas? El recuerdo se decide a soltar todas las cadenas y permite que un anciano respetable se atreva a poner sus cartas boca arriba para explicarnos lo que fueron tres o cuatro trozos de Eternidad. Cuando el reloj no quiera marcar las horas y el alma regrese a su primer hogar, nuestro personaje nos habrá enseñado a volar con alas de gorrión. Una biografía con final previsto y un diario personal que no ha podido embotellar los sueños que atraparon el mejor rincón".